.:: Lomas sorprendió al CASI ::.
“I’m singing in the rain, just singing in the
rain, what a glorious feeling, I’m happy again”, suena en Longchamps.
¿En el Tercer Tiempo? Nada de eso, solo en el interior de los jugadores
de Lomas. Es que, casualidad o no, el Tricolor volvió a festejar contra
el CASI bajo la lluvia, como en 2009, cuando lo superó 21-13. Ésta vez
fue 16-10 para que salga el sol un una tarde gris.
Claro que hubo que remar de lo lindo entre tanta agua para sostener a la Academia que, porfiado, no dejó de ir a buscar el triunfo. Es cierto que no tuvo luces como también que nunca se resignó a quedarse sin nada.
Sin embargo, la principal diferencia estuvo en la primera media hora,
momento de brillo del equipo de Gastón Bordacahar, cada día más
parecido al Loco Bielsa –conjunto de gimnasia, zapatillas deportivas,
las entradas en el pelo, anteojos y ese nerviosismo típico que lo hace
caminar una y otra vez del otro costado de la línea de cal).
Y en tren de comparaciones, ese lapso se pareció bastante al juego
que proponen los equipos del actual entrenador del Athletic de Bilbao.
Presión para recuperar bien arriba y dinámica para abrir la pelota por
los costados y ser verticales en ofensiva.
Por la izquierda, a lo Piojo López, aparecieron Lucio Quercia y Adrián Cherro, cada vez más parecido a wing cuando ataca –le sobra habilidad, velocidad y potencia en ataque-, para llegar al ingoal en apenas doce minutos de diferencia. Incluso podrían haber sido dos más, de no ser porque el Guasón Weiss se guardó una guinda que debió llegar a las manos de Hernández y porque Sansot barrió en defensa al apertura local, a dos metros de la bandera.
Y en defensa puro tackle, firmeza en el contraruck –Menéndez fue un
Pac-man de todo lo que había suelto en el piso-, consistencia en un line
con variantes e inteligencia desde el fondo para colocar kicks tácticos
a espacios vacíos (excelente labor de Bruno Quercia en ese ítem).
El CASI estaba borrado de la cancha, pero esa conquista de Cherro fue
un despertador que sumado al cambio de aire local le abrió la
posibilidad de tomar la iniciativa. Y fue. Con el maul como caballito de
batalla, las Cebras se acercaron peligrosamente al ingoal, aunque
debieron desgastar más de diez minutos y perder a un soldado importante
(Duwavran se retiró con una lesión en la rodilla, que podría ser
ligamentaria) para poder quebrar la pared Tricolor. El try de Muslera
tras un line-maul dejó la chapa 13-7 antes del descanso.
Menos emociones hubo en la etapa final. Lomas cerró el juego y supo sostener la ventaja con una defensa que cometió pocas infracciones y las Cebras, sin ideas, le dio poca utilidad a la pelota. Sólo dos patadas alteraron el tanteador –penales de Van Gelderen y Campbell-, por lo que el negocio fue todo local, que en Longchamps cuenta sus partidos por triunfos. La casa está en orden.
Muchos sobrevivientes de esa batalla volvieron a sentir el sabor del
triunfo, que apenas se dio por segunda vez en la historia. Walter Weiss,
Diego Campbell, Diego Minutoli, Luciano Gallardo y José Das Neves
tendrán el privilegio de contarle a sus nietos que fueron partícipes de
los dos primeros festejos ante CASI. No es poco.
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