.:: Se encendó Gales ::.

Tras una etapa inicial en la que se lo vio incómodo e impreciso, El Dragón sacó a relucir su fuego de candidato y pulverizó a Escocia en los primeros veinte del complemento: ráfaga de tres tries y victoria final por 27 a 13 para ser líder del Seis Naciones junto a su próximo rival, Inglaterra. El Cardo raspó y pinchó, pero no lastimó.

Cual su apodo, ¡qué equipo áspero es este Escocia! Pincha y raspa como un cardo, pero a diferencia de dicho feo arbusto, no lastima ni deja una marca. Prueba de ello, una jugada de ¡21 fases! cercana al in-goal galés que terminó en ¡knock-on! Cómo no va a gesticular Andy Robinson desde las alturas de su palco observando lo que hacen sus muchachos…

Encima, cuando se quisieron acordar, perdían por paliza. Al menos, un consuelo: tras cuatro partidos y monedas (382 minutos), los escoceses volvieron al try. Simon Danielli, en ese recordado match ante Rumania por la RWC (que casi lo pierden), había sido el último en apoyar. Con la mufa acabó Laidlaw, reemplazando a Dan Parks y anotando todos los puntos de los suyos.

Pero es turno de hablar de Gales: presión, recuperación, contundencia y, sobre todo, paciencia. Mucha. Porque la visita se la hizo difícil en un Millennium repleto. Lo maniató, lo incomodó y le robó posesión en la primera etapa. El dueño de casa lo sintió. Se puso nervioso e impreciso. Y la obtención en el line volvió a ser la principal espina.

No se sacaron ventajas en un apático primer tiempo: un penal por bando y a otra cosa. Si alguno mereció algo más que eso fue Escocia, pero lo dicho: poder de eficacia nulo. Movió la pelota de un lado a otro, aunque nunca profundizó. El Dragón esperó agazapado. Y en el complemento sacó a relucir su fuego sagrado.

Sí, porque de movida, el grandote Cuthbert, hombre señalado para reemplazar a la leyenda viviente, Shane Williams, desniveló con su potencia, bancó y logró la conquista que encaminó el triunfo. Un vendaval fue Gales en ese cuarto de hora. Intercambió ataque por ataque y estiró la diferencia en la cual reposó tranquilo.

De Luca y Rory Lamont vieron la amarilla por burdas indisciplinas y no hubo equivalencias. Los de casaca colorada aceleraron y marcaron gracias a un juego colectivo en su máxima expresión: batalla crucial vencida por los forwards, definición de los backs. Simple, básico, abecé: ocho fases y try, gentilezas de Leigh Halfpenny, quien se despachó con un total de 22 puntos.

Con el match prácticamente resuelto (27-6), lógicas licencias estuvieron permitidas. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que se viene (viaje a Twickenham donde espera una Inglaterra también en racha ganadora), no hay que confiarse. Gales lo hizo y cedió la conquista de honor escocesa por medio de su nuevo apertura.

Antes, al debutante Hogg le habían anulado una por otro inconcebible knock-on (muy finito, por cierto) a centímetros de la zona roja rival. Pero ya está, la sequía del Cardo en cuanto a tries llegó a su fin; no así la de retomar la senda de la victoria (ya son cuatro caídas al hilo en Test Matches). En tanto, Los galeses sumaron su quinto éxito seguido frente a su par británico.

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